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2012 ¿Es real la profecía maya del Apocalipsis?
Desde hace dos mil años el calendario
maya ha profetizado el fin de la humanidad en una fecha que corresponde al 21 de
diciembre de 2012.
Al aproximarse ese día, la codicia, la corrupción, el colapso
económico y la violencia parecen orillar a nuestra especie al presagiado
desastre. Pero otra amenaza apocalíptica se cierne sobre nuestro futuro
inmediato, una advertencia muy real que puede acabar no sólo con la humanidad,
sino con el planeta entero.
El reloj está en marcha... Mientras usted lee esto,
un equipo de físicos en Ginebra utiliza un experimento científico de 10 mil
millones de dólares para colisionar átomos a una velocidad cercana a la de la
luz, con la esperanza de recrear el Big Bang.
En su empeño por encontrar el
bosón de Higgs -la partícula de Dios-, impulsados por el ego, han hecho caso
omiso del peligro de que esas colisiones engendren strangelets -hoyos negros
miniatura-, y de que cualquiera de ellos escape a nuestro universo y crezca. El
tercer libro de la saga de Steve Alten sobre la profecía maya es una montaña
rusa apocalíptica de aventuras que sigue a Immanuel Gabriel, el héroe gemelo
superviviente descrito en el Popol Vuh, hasta el fin del mundo y de regreso en
una última oportunidad de salvación, y hacia un azaroso encuentro con su difunto
abuelo, el arqueólogo Julius Gabriel.
En el proceso, Julius revela todo lo que
los mayas sabían y temían: desde los secretos mismos de la Creación que antecede
al Big Bang, hasta la existencia de extraterrestres que han venido a la Tierra
para salvar a nuestra especie.
El universo no es lo que parece, como tampoco lo
es la existencia humana, y este reloj en marcha del mundo físico, que comienza
en la concepción y termina con nuestro último aliento, no es ni el fin ni el
inicio, sino una complicada charada diseñada como una prueba. Y estamos
reprobando miserablemente.
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