Si buscas milagros, mira, la muerte, el error, la miseria, la lepra, el demonio, todos huyen;
mira, los enfermos se curan.
El mar se calma, las cadenas se rompen;
jóvenes y viejos piden y recuperan los miembros y las cosas perdidas.
Desaparecen los peligros, cesa la necesidad;
habla quien ha sido auxiliado, hablan los paduanos.
El mar se calma, las cadenas se rompen;
jóvenes y viejos piden y recuperan los miembros y las cosas perdidas.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
así como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Ruega por nosotros, oh beato Antonio, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
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