Por Miguel Artime.
Durante todos estos años, armados con machetes, apenas han podido cartografiar 23 km2 de la ciudad.
Pero ahora, de pronto, la NASA les ha cedido un instrumento láser que facilita su tarea de forma asombrosa, el LIDAR.
Tras montar un aparato LIDAR sobre un bimotor y sobrevolar el área de Caracol, el matrimonio Chase fue capaz en solo 24 horas de reconstruir tridimensionalmente en una computadora, toda la ciudad de Caracol.
En Yahoo! Italia acaban de publicar una entrevista con Arlen y Diane, en la que muestran su asombro por la revolución tecnológica que el LIDAR supone para la arqueología.
Sin embargo a mi me ha llamado la atención la última pregunta de la entrevista antes citada.
La respuesta es clara:
"La profecía del 2012 es una construcción de los modernos seguidores del "new age.
Adivino la cara de estupor de los arqueólogos cuando les hacen esta pregunta, y sin embargo, este sinsentido se ha hecho demasiado habitual.
Hace unos meses, hablaba yo del trabajo de David Morrison en el Instituto de Astrobiología de la NASA (NAI). Morrison se encarga de responder habitualmente las dudas de los lectores de la web del NAI, y últimamente no para ¡el pobre! de recibir consultas sobre el próximo fin del mundo (un fenómeno por cierto, bastante cíclico).
Como digo, ante el alarmante número de consultas relativas a Nibiru, un supuesto planeta que se acerca al nuestro cada 3.600 años pero que nadie ha visto jamás y que según algunos "agoreros" volverá a visitarnos en el famoso 2012 (coincidiendo supuéstamente con el fin del mundo maya), Morrison decidió publicar un especial en Astronomy Beat dedicado a este peculiar fenómeno de pánico.
El astrónomo hizo un trabajo estupendo despejando las dudas absurdas de miles de "creyentes" en la leyenda de Nibiru y su fin del mundo, y sin embargo algo me dice que ni su paciencia divulgadora, ni las anteriores declaraciones de Arlen Chase sobre el error de cálculo del fin del mundo anunciando por el calendario maya, servirán para tranquilizar a aquellos que prefieren obviar la falta de evidencias y creer libremente en deliciosos horrores ficticios
No hay comentarios:
Publicar un comentario